La inclusión es una filosofía de SER en la sociedad en sus diferentes ámbitos: escolar, laboral, cultural…
En el contexto escolar se concreta en un ideario de acogida, aceptación, comprensión y respeto a toda la comunidad educativa. Aunque surgió en colectivos con alta vulnerabilidad de fracaso escolar, actualmente lo entendemos como un paradigma para TODOS los alumnos. Para ello, es muy importante generar una cultura basada en estos principios: todos son bienvenidos, todos participan, todos aprenden.
En el CCV empezamos este recorrido hace más de 20 años. Y comenzamos por nuestro ideario de centro y por las circunstancias propias que vivió el colegio en un momento determinado: alumnos con diversidad funcional integrados en aulas ordinarias. Esta larga trayectoria en el abordaje de la diversidad ha hecho que en estos momentos podamos identificar el CCV como centro inclusivo. Con un largo camino por recorrer porque la inclusión es un proceso infinito, de mejora continua.
La inclusión requiere una cultura compartida pero también unas acciones prácticas, organizativas, didácticas… que hagan posible lo que promueve esta cultura. Por eso, en el curso 18-19 comenzamos a realizar encuentros de reflexión con profesores para mejorar todo este camino. Repetimos este formato de diálogo el curso siguiente, con otros profesores, y ampliando el coloquio con educadores que forman parte de la familia Marista: el PAS, monitores de Marcha y Scouts, Deporte…
La pandemia nos impidió tener un encuentro con las familias, pero hoy lo hemos conseguido. Teníamos muchas ganas de escucharos, de contar con vuestra visión y sugerencias.
Las familias sois un agente muy importante en la transformación escolar y en la cultura del centro. Y hoy sentimos que hemos avanzado y que queremos seguir haciéndolo a vuestro lado.
¡Muchas gracias por vuestra participación!