El pueblo estaba ilusionado y expectante y, en medio de su agitación, preguntaban a Juan qué debían hacer, cómo debían actuar… Juan Bautista siempre tenía su “grabadora” encendida y atenta a las preocupaciones de los demás.
Y la tuya, ¿qué es lo que graba? Entre los monólogos en los que tantas veces nos enredamos y el ruido del que estamos rodeados, ¿aún tienes algo de cinta para grabar las inquietudes de los demás e iniciar verdaderos diálogos?